martes, 10 de marzo de 2009

Un hombre bueno al servicio de la Iglesia

El 11 de marzo el Siervo de Dios Álvaro del Portillo celebra su cumpleaños desde el cielo. Su personalidad viene dada por la misión que Dios le confió y en la que gastó toda su vida: desde 1939 -o sea, desde los 25 años- fue el colaborador más inmediato de san Josemaría en el gobierno del Opus Dei; y desde 1975 fue su sucesor.Con respecto a cómo era, las respuestas pueden ser muchas, ya que tenía una personalidad muy rica. Los que le han conocido de cerca, en sus testimonios escritos destacan sobre todo los siguientes aspectos: en primer lugar, su humildad; luego, su mansedumbre, su perenne actitud de serenidad, de paz interior; su visión positiva de las personas y los acontecimientos; su capacidad de cariño, de compresión, de ponerse a la altura de su interlocutor y hacerse cargo de sus problemas; en una palabra: su paternidad espiritual. Todos destacan también su ejemplar fidelidad a la persona y al espíritu de san Josemaría.

!Muchas Felicidades!