jueves, 29 de enero de 2009

Pasando unos días en el Santuario de Torreciudad


En 1904, cuando San Josemaría tenía dos años, contrajo una grave enfermedad y fue desahuciado por los médicos. Su madre rezó intensamente a la Virgen y, días más tarde, llevaba al niño, sorprendentemente curado, en peregrinación de acción de gracias a la ermita de Torreciudad.

"Me trajeron mis padres. Mi madre me llevó en sus brazos a la Virgen. Iba sentada en la caballería, no a la inglesa, sino en silla, como entonces se hacía, y pasó miedo porque era un camino muy malo."

En 1956, Mons. Escrivá manifestó su deseo de difundir la devoción a la Madre de Dios con la construcción de un santuario junto a la ermita. En octubre de ese año varios miembros del Opus Dei visitaron el lugar, que aparecía agreste, árido, desolado. Lejos de desanimarse, San Josemaría, con una fe y amor mariano muy grandes, movilizó a muchas personas, que contribuyeron con su oración y limosnas a convertir aquel sueño locura de amor, le gustaba decir- en realidad.

Acabo de pasar unos días en el Santuario de Torreciudad y he tomado estas fotos. Ya se ve que el paisaje,la tranquilidad y belleza del lugar te llevan de la mano, con una facilidad asombrosa, al encuentro con Dios. Peregrinos de todos los rincones del mundo han llegado a Torreciudad para poner en manos de la Virgen sus preocupaciones, para dar gracias por los favores recibidos, etc.
San Josemaría decía que había corazones duros pero nobles que al acercarse al calor del Corazón de Jesús, se derretían como el bronce, en lágrimas de amor y dolor...Allí eso pasa(lo saben muchos)

Ya sabes dónde tienes que ir si quieres llevarte "algo". Porque, no lo dudes, "ALGO" te llevarás. Ya se encargará la Virgen...

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